MADRILEÑA ELLA
Decir que la política madrileña esta impregnada de la política nacional o la nacional de la madrileña, no es decir mucho. Basta comprobar como el candidato a la presidencia de los partidos políticos de ámbito nacional es siempre el candidato por Madrid.
Ella lo ha sido casi todo en la política, Ministra de Educación en el primer gobierno de Aznar, del cual salió para presidir el Senado, habiendo dejado sin concluir su nueva Ley de Educación, que vio estupefacta, como quedaba aparcada en el trámite parlamentario por su propio grupo en la Mesa del Congreso. Fue posteriormente la Ministra Del Castillo la que llevaría a término la aprobación de la Ley Orgánica de Universidades y la LOCE.
Que la educación, es un pilar fundamental en una sociedad moderna que planifica su futuro, es algo que nadie discute y es por ello mismo que se hace extraño que una exministra del ramo comenta tantos desatinos comunicacionales; Lo que me lleva a pensar, que no son tales, sino más bien muestras de las contradicciones internas que pose su organización política sobre la oportunidad o sobre los contenido en cuestión. La educación es un asunto muy sensible y con el que es muy fácil demagogia. La Comunidad Autónoma con el mayor PIB del Estado y más significada políticamente no pasa desapercibida, menos aún habiendo sido un buque insignia del lento caminar del PP para llegar a la Moncloa.
Que Esperanza Aguirre llegó a la Presidencia de la CM gracias a un resultado electoral muy disputado y al transfuguismo de los diputados socialista Tamayo y Sáez, aunque bien es cierto que después de un bochornoso espectáculo llevado a cabo por el PSOE en la Asamblea de Madrileña, no es menos cierto que la política urbanística y la educativa eran los dos escollos más remarcables para un gobierno de coalición PSOE- IU.
Es por ello que se podría analizar la actual situación de la Educación en la CM atendiendo a dos criterios fundamentales:
Un concierto educativo, mayoritariamente realizado ad hoc y cuyo beneficiario fundamental es la iglesia Católica, que ha colocado al 54% del alumnado madrileño en las aulas concertadas. Un deterioro progresivo en la educación que deviene de una interpretación cuasi fundamentalista del principio de comprensividad que hace que los niveles sean más bajos cada día y por ende que la ideología encubra la realidad de un sistema que escandalosamente no funciona.
Y es en este contexto que deviene la crisis económica y ante la necesidad imperiosa de ajustar las cuentas sin tocar la ley de educación, de momento, se plantea la viabilidad de un sistema de gratuidad de facto en todos los tramos educativos, es decir ¿podemos seguir financiando la educación de 3 a 6 años, el bachillerato, las artes escénicas, los conservatorios o las Escuelas oficiales de idiomas por poner algunos ejemplos?. ¿Podemos seguir invirtiendo en ciudadanos que años tras año no obtiene buenos resultados, es decir, ciudadanos que no invierten en si mismos?. No estamos hablando de recortes, los recortes no son una política sino la consecuencia de no tener política, debemos plantearnos con seriedad y rigor qué elementos son los relevantes y cuales no para crear realmente igualdad de oportunidades en nuestra sociedad.
Es cierto que hemos formado invertido, como nunca antes en nuestros ciudadanos, pero no es menos cierto que nuestros títulos universitarios se encuentran algo devaluados o que los resultados de nuestras evaluaciones internacionales (PISA) demuestran un desfase entre dónde deberíamos estar y dónde estamos. La autocomplacencia, la falta de cultura del esfuerzo o la hipocresía social no pueden ser los comportamientos al uso de nuestros políticos y de nuestras instituciones. Acometer una reforma en profundidad sin ambages ni ideologías es una urgencia hace mucho.
Las declaraciones de la Presidenta de la C.M no dejan de denotar la tensión existente en nuestra sociedad, y en su propio partido, acerca de las medidas a tomar a partir del 20N. Lo demás son cantos de sirenas.
Comentarios
Publicar un comentario