Imagen del Blog: El orden reina en Berlín. Era mediodía en Villa Ombrosa y la familia del barón Arminio Piovasco de Rondó celebraba el almuerzo. Cósimo, primogénito del Barón, se resistía frente a un plato de caracoles:”¡He dicho que no quiero y no quiero!”.Ante tan airosa muestra de rebeldía el barón increpó a su hijo para que abandonase la mesa. Cósimo así lo hizo, dirigió sus pasos al jardín y se subió a una encina y de allí a un árbol frondoso de gran altura. Nunca más volvió a bajar. Cósimo separó así su suerte de la del resto de su familia, estudio derecho y participó activamente en la vida social y política de su ciudad y región, siempre atento a las necesidades de los demás, intentando ser útil y benefactor, pero siempre desde los árboles. La rebeldía de un adolescente suele abrirse paso por el más insignificante de los hechos, la más simple cosa cotidiana, puede dar rienda suelta al malestar que se ha ido gestando en lo más profundo del alma de un adolesce