Un buen gobierno
La ciudadanía española ha otorgado una importante y abrumadora confianza al PP en estas elecciones, solo comparable a la que obtuvo el PSOE en el año 1982. La confianza debe ser recíproca, de no ser así la democracia se debilita. Si la ciudadanía dio un voto prestado de confianza ésta debe ser atendida y debidamente. Una de las primeras muestras de la devolución de esa confianza es la creación de un gobierno de los más competentes, de las mejores, de aquellos que a lo largo de su vida pública o privada hayan demostrado tener un buen juicio, un conocimiento basado en el saber hacer y en la racionalidad, es decir: una auctoritas, una legitimación socialmente aceptada. Un gobierno preparado para los importantes retos y decisiones que debe enfrentar en una situación de clara pérdida de soberanía nacional en aras de una acción europea conjunta y por ello un gobierno preparado para la cooperación exterior, no en la pugna por y de lo mío que, sino en la pugna por aportar soluciones