EL SENTIDO DEL VOTO




El voto es hoy, más que en otros momentos de nuestra democracia, una estrategia más individual que colectiva. Sí la deriva partitocrática nos ha llevado a considerar las votaciones como un hito es porque no hemos entendido bien el proceso democrático.
Las votaciones son un requisito imprescindible en un sistema democrático, pero no suficiente. La legitimidad que deviene del hecho electoral en sí, debe complementarse con la legitimidad de ejercicio, entendido éste como la actuación por el bien común y por ende la actividad del mando limitado por la legitimidad moral.
Esa deriva partitocrática que ha venido usurpando la voluntad de la ciudadanía, desconectándose del necesario vinculo entre representantes y representados, podría estar provocando algunos de los problemas de legitimidad más destacables de nuestra democracia, a saber:
Por un lado, unos elevados porcentajes de abstención, por otro una más que significativa aparición de opciones políticas de iniciativa popular que pretender dar repuestas a diferentes demandas ciudadanas y finalmente una organización de los lobbies económicos infiltrados en las organizaciones políticas al uso.
Se hace necesario, desde mi punto de vista, aclarar que nuestro sistema democrático considera el voto como un derecho, no una obligación, y desde este punto de vista tan legítimo es votar como  no hacerlo.
El censo universal, del cual forman parte todos los ciudadanos mayores de edad, hace que queriéndolo o no estemos participando en los procesos electorales, pues uno no solo participa por acción afirmativa, si no ejerciendo su derecho a no depositar su confianza en ninguna de las opciones. Los porcentajes de abstención siempre son tenidos en consideración en un proceso electoral.
Por otro lado, el surgimiento de nuevas fuerzas políticas nacidas no solo por escisiones de las grandes si no también, de demandas ciudadanas que no se ven recogidas en las organizaciones al uso, no pueden seguir considerándose meramente coyunturales puesto que es un fenómeno constante desde las dos últimas décadas.
La presencia de importantes grupos de opinión y/o económicos en las organizaciones políticas al uso, hace sospechar de algunas actuaciones políticas, tiñéndose éstas de intereses espurios que posteriormente la democracia no consigue erradicar.
Por todo ello, el sentido del voto ha cambiado en los últimos treinta años, si en sus comienzos el voto era la manifestación pública de una ideología, hoy el sentido del voto podría verse dirigido más por una definición estratégica que cada uno de los ciudadanos mayores de edad elaboramos, atendiendo a lo que cada uno de nosotros consideramos como bueno para nuestra convivencia o como pasos previos para la consecución de nuestros objetivos personales o colectivos.
El voto, o la carencia del mismo,  podrían responder hoy, no a un acto de aquiescencia a una opción política determinada, sino a una reflexión más  estratégica para la consecución de un fin a corto o medio plazo.




Nuria Roldán-Arrazola

Comentarios

  1. Por fin la ciudadania se mueve.... por fin!!!!... Las acampadas que se estan haciendo en diferentes ciudades de España i del mundo muestran la indiganción de la ciudadania delante de la situación social y econòmica. Este es nuestro mayo 2011. Habrà un antes y un despues... Ciudadanos dispuestos a canviar el curso de los hechos, a hablar, a escuchar, a proponer. Sin ningun color político. Solo ser ciudadano.

    MJ (Indignada)

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