EL EJEMPLO DE LAS BEGUINAS

                       "Al noble amor
                       me he dado por completo
                       pierda o gane
                       todo es suyo en cualquier caso.
                       ¿Qué me ha sucedido
                       que ya no estoy en mí?
                       Sorbió la sustancia de mi mente.
                       Mas su naturaleza me asegura
                       que las penas del amor son un tesoro ".
 
Hadewijch de Amberes (s. XIII), poetisa y escritora mística cristiana perteneciente al movimiento de las beguinas.

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En los turbulentos siglos XII y XIII Europeos donde se dirimía el conflicto entre fe y razón, entre poder terrenal y poder espiritual, entre el Papa y el Emperador; Tiempos de crisis, de cambios que generarían en lo político la  caída del Papa y el auge de los reyes que darían lugar a los Estados Nación con la consiguiente aparición del individuo que adquiriría el rango de ciudadano con la modernidad.
Un grupo de mujeres centroeuropeas, segundonas de las familias acomodadas, decidieron vivir fieles a  sí mismas, viviendo de su trabajo y ejerciendo la solidaridad hacía los más necesitados, desarrollando su espiritualidad pero sin tomar los votos de las órdenes religiosas.
Las Beguinas quisieron una vida más libre que la que otorgaba el monasterio y más gratificante que la ofrecida por el  matrimonio.
Para poder hacer realidad este deseo crearon los beaterios, casas de mujeres a las afueras de las ciudades: Brujas, Gante, Ámsterdam, Catalunya o el Norte de Castilla fueron algunos de los lugares donde se encontraban dichos Beaterios.
Las Beguinas vivían de su trabajo, y realizaban caridad para los más desfavorecidos, estudiaban las escrituras y transmitían sus conocimientos en lenguaje vulgar y más importante si cabe, formaban con su ejemplo.
Las Beguinas se caracterizaban por la austeridad de sus costumbres y la profundidad de su vida interior. Frente al dogma de la institucionalización religiosa las Beguinas defendían la experiencia, el obrar en lugar del decir y la sinceridad como cimiento de su espiritualidad.
Las Beguinas fueron precursoras de una vida moderna, mujeres que se atrevieron a pensar sin el tutelaje de  las Instituciones, fueron un buen antecedente de ciudadanía.
Una ciudadanía que requiere hoy un desarrollo moral de segunda generación, es decir, una moralidad que deje de ser tan heterónoma y ofrezca mayor autonomía. Una ciudadanía con la suficiente fortaleza como para oponerse a la institucionalización de las costumbres, de la fe y de la moral; Unas instituciones que han pervertido el espíritu para el que fueron creadas, es decir, el desarrollo y la protección de la equidad en la estricta defensa del interés general y no del particular.
De la protección a las personas y no la estamento, de la defensa de la ciudadanía y no de la burocracia, en definitiva una remoralización de la vida pública  que nos devuelva la confianza perdida y reajuste el difícil equilibrio entre representantes y representados.


Nuria Roldan-Arrazola


Comentarios

  1. Mujeres avanzadas en su època... mujeres que se escucharon y decidieron hacer caso de su yo interno... mujeres que se dedicaban al amor y al conocimiento. Y para poder hacerlo en libertad se reunieron y trabajaron juntas. Lo podriamos considerar como una primera "red social" donde compartian experiencias, conocimiento, pasiones, amor, etc.

    Mujeres no sumisas,libres, en definitiva, como resalta el artículo, ciudadanas que se enfrentaron a la institución que intentaba someterlas.

    Leyendo estas linias me he sentido cerca de las Beguinas.

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  2. Tal y como señalas las Beguinas se escucharon a si mismas, escucharon a los demas y buscaron su sitio en un momento muy dificil donde los márgenes eran muy estrechos. decidieron no someterse al protectorado de un varón y asumieron el riesgo de ser ellas mismas.

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